
Haciendo un esfuerzo, voy al baño a echar la primera meadilla, intensamente amarilla..que denota el esfuerzo renal y la falta de hidratación.
Acto seguido vago por la casa, tratando de localizar con cierta inquietud mi cartera, que hallo milagrosamente en el bolsillo del pantalón que estaba tirado en el pasillo. Los billetes brillan por su ausencia, y me vienen flashes de ciertas visitas al cajero del dia anterior. La tarjeta y el DNI por lo menos están, lo que me produce cierta tranquilidad.
Luego conecto la tele, diversas competiciones deportivas componen el plantel principal, comentarios y ruidos que captan mi atención y me aturden a partes iguales.
Mis tripas rugen, y hay algo de gusa...pero por todos los medios uno trata de evitar el acto social imprescindible que supone levantarse, arreglarse y esa comida familiar a mesa puesta o en cualquier bareto. Mi sien derecha palpita, indicándome el camino a seguir (la falta de camino).
Abro mi despoblada nevera, tratando de que surja de la nada algo que me resulte atractivo y rápido al yantar. Misión imposible. Trás abrir un cajón de la despensa, cojo una lata de calamares en su tinta, no hay ganas ni de echarla en un plato, con un tenedor bastará.
Tomo otro trago de agua, y miro al infinito que me hace muecas trás la blanca pared.
Vuelvo la cama y conecto la radio, algún locutor de voz monótona me ayudará dormir hasta la tarde, para luego repetir el mismo modus operandi.
Noches de juerga, mañanas de crédito "COFIDIS".
En los states te vendian los Alka-Seltzer en dos pastillas efervescentes, una para el ardor de estomago y la otra para el dolor de cabeza. ¡Que pais de illuminatis!
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