sábado, 24 de marzo de 2012

Sublimando los instintos.

Despues de toda una vida... 
Metiendo tripa en las fotos, disimulando ventosidades con accesos de tos, extrayendo mocos puntiagudos y molestos a intervalos no delatadores, recolocandonos el paquete con las manos en los bolsillos, y educando nuestra mirada lasciva-admirativa para que no se desvie de lo establecido.
Todavia no sabemos cuando es procedente dar rienda suelta y aflojar nuestros esfinteres delante de una persona de confianza. Habitualmente y entre amigos podemos expelerlas, pero conscientes de que transgredimos alguna norma social y para que no nos pillen en renuncio, las anunciamos o nos las aplaudimos como dando a entender que no es tanto una necesidad fisiológica como un alarde cómico digno de comentario.

Hasta el más liberal con sus ventosidades duda del momento adecuado para tirarse una delante de su novia.  Llegado el momento, este se vive con especial intensidad y será recordado como un hito y punto de inflexión en la relación de pareja.  A pesar de todo no se celebrará como de constumbre ni conmemorará en años venideros, pero siempre se recordará como un momento significativo de la relación. El primer pedo en pareja.
Meter tripa es algo consustancial al individuo con ligero sobrepeso, el gesto lo tenemos tan  interiorizado que cuando pasamos por un espejo, decimas de segundo antes de ver nuestro reflejo, ya hemos adoptado la compresión abdominal. No mucho pero suficiente, que no se nos vea en inspiración forzada y que podamos continuar articulando palabras con normalidad. Lo hacemos tan bien que llegamos a pensar que esa cintura reflejada es la verdadera y que si alguna vez nos sacan una foto a traición, esa barriga laxa no es más que una aberración optica de la lente.  "El gran angular, 28 o menos siempre engorda y el 70 o más tiende a adelgazar", decimos con pinta convincente mientras metemos tripa falsariamente.
Una derivación critica de "meter tripa" es el primer desnudo integral. En un integral, las dotes de ocultación, posición del cuerpo y estratagemas de desviación de la atención son esenciales para pasar ese trance satisfactoriamente. Hasta el más seguro de su cuerpo y complexión dentro de los canones pasa por ese momento de manera fugaz sin refocilarse en su desnudez. Meterse entre las sabanas agilmente y el savoir faire en los preambulos procurarán evitar el doloroso recuerdo de ese culo gordo, fofo, peludo y con granos.




1 comentario:

  1. ese pedo entregado al aire es para mi ... fruta que has de beber mañana ... guarda la semilla porque estoy en él ...
    Yo reivindico la posición Darwinista de la vida, al fin y al cabo los monos peden de manera saludable cuasiconstantemente y nosotros ¿que somos? sino monos desnudos ( Desmond Morris lo corroboraría sin duda alguna )

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